Este es el
ensayo de la película y de lo que pienso de ella, de cómo la vi, trate de
entender, el resultado y unas pocas cosas más…
Si el titulo no lo convence
a ponerme una buena nota a continuación esto cambiará.
Primero que todo
quiero decir que a la hora de escribir un ensayo de una película, libro, chiste
de condorito, etc, lo mejor es hacerlo apenas la vió, leyó o después del “plop”,
así uno tiene las imágenes y recuerdos frescos. En mi caso, escribo esto un día
antes de la fecha límite, no por flojo, si no por temerario.
Quise adentrarme un
poco más en el tema del señor Favio así que llame a la persona más vieja que
conozco, mi nonno Juan (hasta tiene nombre de viejo) se la pasa todo el día viendo
el TCM y/o arreglando cosas que el rompió. Lo único que me dijo es que según el
como cantante no era muy bueno y que solamente había escuchado hablar de sus
películas, después se me fue por las ramas y me decía por que el tango era la
mejor cosa que jamás había existido ¿Por qué les cuento esto? Ni yo lo tengo
muy claro.
Volviendo al tema
central, la película “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco,
comenzó la tristeza y unas pocas cosas más...” o mejor conocía como “Las peleas
de gallos son como metáfora de los triángulos amorosos en un título
extremadamente largo solo porque si” cuenta la historia de este tipo “el
Aniceto” un galán flacucho y vividor que
se dedica a las peleas de gallos, vive en una pieza donde el único mueble es su
cama en un pequeño pueblo y porque ha ganado un par de veces se cree lo máximo.
El sale con esta señorita, la
francisca, la buena, la santa y la fome, ella es la vecina que siempre está
para el pero este la tiene solo pal’ mambo (y no se si lo apoyo pero ella es
algo desabrida para mi gusto).
Entre peleas de gallos (que por el
bien de la película PETA aún no se fundaba) vemos como él es un ganador en todo
sentido, le pagan por dejar que su gallina haga nuggets a la otra y se acuesta
con la santa del pueblo, si se dan cuenta cualquiera con esas metas en la vida
se aburriría fácilmente y nuestro amigo el Aniceto no es la excepción.
La cosa se pone interesante cuando
van a ver la mejor obra de teatro jamás creada (Shakespeare se revuelve en su
tumba después de que escribo esto) donde literalmente un ángel viaja a salvarle
la vida a una señora retando al malo a un duelo de espadas (en mi opinión la
obra merece su propio ensayo aparte). Entre tanta acción nuestro amigazo se
fija en otra mujer sentada cerca de ellos, Lucia es la guapa putita del pueblo,
usa en exceso el delineador y obviamente eso le da un súper sex-appeal, lo que
hace que nuestro compadre quede hipnotizado (yo no lo culpo).
Como galán que es no pierde la
oportunidad y saca todo su repertorio de macho alfa para conquistar a la putita,
le canta mamonamente y le baila cochinamente (la mejor mezcla), hasta le regala
el anillo que ha pasado de generación en generación en su familia desde que su
tátara abuela lo trajo escondido dentro de un pan desde el viejo continente (creo
que la cosa no era así, pero es más interesante que decir que simplemente lo
compro).
Como es macanudo hasta no poder más,
no termina con Francisca añadiendo así a su curriculum la profesión de
malabarista profesional. Tristemente ser malabarista profesional no funciona
muy bien si vives en un pueblo que tiene 20 personas contando a las gallinas. Un
día Francisca ve como lucia lleva puesto el añillo familiar de los gemelos fantásticos
y deja al pobre Aniceto, este se dice: No hay problema papurri aún me queda la
mujer delineador. Triste para el que la cosa tampoco le dura mucho por que como
sabemos, ella es la gran putita del pueblo y ZAZ! esta lo manda a volar más
rápido que el maestre Aemon envía sus cuervos en el muro (tire una referencia a
Game of thrones solo porque si, si no la entendió usted está muerto para mi).
La cosa es que ahora el compadre
Aniceto esta más solo que uno un sábado en la noche y además no le queda nada
de plata por que todo se fue con el famoso anillo (parece que no era nada de la
abuelita) así que vende a la gallina cocoroca al papá de la vecina para poder
irse de copas (en verdad ahí lo entiendo, si el mismo día me dejaran dos
mujeres estaría en las mismas), al final le dan unos pesos por la gallina y se
va a tomar en la única taberna del pueblo.
Después de un rato se sube a la
pelota y no se le ocurre nada mejor que dárselas de ladrón e ir por su gallina
cocoroca, no sé como pero logra saltar el muro y llega hacia donde está su ganso
de los huevos de oro (¿Vio lo que hice ahí? Metáfora aviaria), con ella en sus
manos se dispone a escapar pero las cosas no salen como espera y le disparan
por secuestro frustrado resultando en su muerte.
¿Qué aprendimos con la película del señor
Favio? Que los gallos de batalla no se deben venden tan barato, no hay que
jugar con las mujeres y nunca apostar a más de una gallina loca, porque así no
ganas nada. Cinco gallinas doradas, solo porque quería ver más de la obra de
teatro (enserio que era lo mejor de la película).
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